El 24 de noviembre se conmemora la publicación de El origen de las especies, de Charles Darwin. Un día como hoy de 1859 este científico británico publicó una obra a través de la cual introdujo la teoría científica de que las poblaciones evolucionan durante el transcurso de las generaciones mediante un proceso conocido como selección natural. Presentó pruebas de que la diversidad de la vida surgió de la descendencia común a través de un patrón ramificado de evolución.
Cada vez son menos los que niegan esta teoría científica, aunque todavía hay quien duda de ella e incluso hay lugares donde no se enseña. A simple vista, puede parecer un contenido complicado para alumnado de Primaria, e incluso para ciertos cursos de Secundaria, pero lo cierto es que existe una variedad de recursos para poder tratar esta cuestión en todos los niveles académicos.
Y aunque parezca que no, puede tratarse también en clase de Lengua. Si lo pensamos bien, la ciencia necesita de las palabras para poder ser creada, estudiada y transmitida. Por eso, nos parece una idea estupenda trabajar el vocabulario científico en clase de Lengua. Y, sin duda, la efeméride de la publicación de El origen de las especies nos parece una excusa perfecta para aprender un poquito más sobre el famoso científico mientras enriquecemos nuestro vocabulario.
Pero, ¿cómo empezamos? ¡Pues con un viaje a través de la lectura! Charles Darwin recorrió el mundo estudiando criaturas excepcionales y desarrolló la teoría de la evolución de las especies por selección natural, y nosotros podemos acompañarlos en su viaje con Charles Darwin y la evolución.
Este libro, pensado para alumnado a partir de 5º de Primaria, está escrito simulando una especie de diario, en el que cuenta las aventuras del científico británico alrededor del mundo. No rehúsa palabras o conceptos complicados, pero los explica de modo que cualquiera los pueda entender.
El libro combina la narrativa en primera persona –lo que nos permite trabajar y explicar esta forma de narrar– con cuadros explicativos sobre la vida de Charles Darwin o curiosidades relacionadas con él. Por ejemplo, nos habla de la orangutana Jenny, el primer ejemplar de esta especie que llegó al zoo de Londres o de Jean-Baptiste Lamarck, la primera persona que propuso una teoría científica de la evolución. También incluye tiras cómicas que ayudan a clarificar y asentar conceptos.
«Toda mi vida he sido un gran coleccionista. Incluso cuando era un niño de ocho o nueve años, en la escuela de Shrewsbury, coleccionaba cualquier cosa: huevos, piedras, monedas... Sentía una gran pasión por el coleccionismo, que ninguno de mis hermanos o hermanas compartía. En la escuela no iba bien. Me consideraban un mal alumno y por eso mi padre estaba siempre disgustado».
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Si queremos trabajar lo mismo en niveles más elevados, os proponemos trabajar El ayudante de Darwin. Este libro es perfecto para alumnado a partir de 2º de ESO y, además, lleva asociada una propuesta didáctica que os puede facilitar el trabajo.
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En esta ocasión la historia se centra no solamente en un joven Charles Darwin de 22 años, sino también en su ayudante, Syms Covington, grumete de 15 años que trabajará para él cazando animales, disecándolos y etiquetándolos. Ambos se adentrarán en la selva, se enfrentarán con terremotos y erupciones volcánicas, encontrarán animales y plantas hasta entonces desconocidos y empezarán a dar forma a la teoría de la evolución.
Como comentábamos antes, este libro es una buena opción para trabajar el lenguaje científico a la vez que repasamos contenidos propios de la materia de Lengua. Por ejemplo, la propuesta didáctica que os sugerimos hay actividades sobre figuras retóricas, elementos de la narración, trabajo de adjetivos… Todos ellos, contenidos que se pueden trabajar a la vez que introducimos la ciencia en nuestra clase. De hecho, en las actividades de vocabulario incluidas en la propuesta se trabajan palabras relacionadas con el mundo animal y natural, pero que también se pueden aplicar en nuestras conversaciones diarias.
Además, el libro simula una carta del ayudante al mismísimo Charles Darwin, lo que nos ayuda a trabajar el género epistolar, identificar sus características y ¿por qué no? Escribir una en clase a un científico o científica que nos inspire.
«Distinguido Cazamoscas:
Esta carta debería empezar con los tradicionales «Querido Darwin» o «Estimado Darwin». Pero hoy no me siento demasiado inclinado a quererle y prefiero llamarle con el mote que le puso la tripulación del Beagle. Esto es, Cazamoscas.
Soy yo, Syms Covington, el hombre que fue su ayudante durante los cinco años que pasamos en aquel barco, cuando éramos jóvenes. ¿Se acuerda? ¡Vaya pregunta! ¿Cómo no va a acordarse, si dimos juntos la vuelta al mundo y compartimos tantas alegrías y penalidades? Yo era su hombre para todo. Cazaba y recolectaba ejemplares, y también cocinaba y le remendaba la ropa […] Muchas de estas cosas usted ya las sabe. Pero ahora voy a contarlas a mi modo, tal como las recuerdo, y no al suyo. Escuche, Darwin».
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