El curso escolar llega a su fin. Estas últimas semanas son especiales, ya que en muchos casos hemos terminado de impartir la materia prevista y ya hemos evaluado al grupo. Sin embargo, los niños y las niñas siguen acudiendo al aula y necesitamos llenar las horas lectivas con actividades educativas, pero también divertidas. El mes de junio es perfecto para probar con el alumnado juegos y ejercicios más lúdicos que nos gustaría poner en práctica durante el curso, pero para los que no siempre tenemos tiempo. Además, este ha sido un año difícil para todos ellos; se han portado como unos verdaderos campeones en las aulas y ahora tenemos la oportunidad de compensarlo con unos días más entretenidos.
Recuerda: ¡Hay vida más allá del Kahoot! Por eso, en este artículo os dejamos una selección de ideas que pensamos que os pueden servir para repasar contenidos de manera divertida. Por ejemplo, estas semanas pueden ser un buen momento para trabajar la expresión escrita y la creatividad. Y si podemos pensar actividades que el alumnado pueda replicar durante sus vacaciones, mucho mejor.
Una opción esimulante y que puede fortalecer los vínculos entre el alumnado es la elaboración, entre todos, de una línea temporal que recopile los momentos del curso más especiales, así como los más duros o complicados. Esto, además de servir para trabajar la escritura y la creatividad, puede dar pie a organizar un debate en clase que sirva para aprender de los malos momentos.
Otra actividad que puede ser muy entretenida y enriquecedora para el alumnado sería organizar unas pequeñas olimpiadas para reforzar contenidos de manera informal. Podríamos crear diferentes rincones en el aula con juegos como el Scrabble, cuestionarios, el Pictionary, el Tabú o el Quién es Quién con los que repasar vocabulario o personajes importantes que hayamos trabajado en la asignatura. La idea sería que el alumnado pasara por todas las estaciones y que fuera sumando puntos, para darle un pequeño toque competitivo y motivador.
Por otro lado, el alumnado puede partirse de la risa con la composición en grupo del verano de sus sueños. Se trata de la típica actividad de escribir una historia conjunta respondiendo a las preguntas ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué hizo? ¿Con quién? ¿Por qué? ¿Qué pasó al final? En primer lugar, se empieza por un sujeto, de manera que cada estudiante deberá apuntar en una línea quién es el protagonista de su historia.
A continuación, deberán doblar el folio de manera que los demás no puedan leer lo que han escrito y pasárselo al compañero de al lado, que se encargará de añadir la segunda parte de la historia: cuándo. Una vez anotada esta segunda información se volverá a doblar el folio para ocultar lo que se ha escrito y se volverá a pasar a nuestro compañero, quien añadirá el tercer dato de la historia: dónde. Este proceso se repetirá hasta haber respondido a todas las preguntas. Después se leerá en voz alta para descubrir la tronchante historia creada entre toda la clase.
Los juegos de rol son otra de las grandes alternativas. En las circunstancias tendremos que pensar escenas que no impliquen contacto físico, pero con un poco de imaginación todo es posible. Crea grupos pequeños y pide al alumnado que reconstruya una de tus clases. Sería divertido que eligieran ellos el tema o la unidad que les gustaría explicar y repasar, y que la representaran delante del resto del grupo. Es importante que esta iniciativa se entienda como un juego, pero desde el respeto y usando el humor de forma saludable.
Una actividad que puede ser muy especial si tu alumnado está en un curso de fin de ciclo (pero que también puede ser entrañable, aunque no sea así), es organizar un amigo invisible de cartas o poemas. Se emparejará a los compañeros y compañeras de clase de forma aleatoria y tendrán que escribir una carta o un poema en el que recuerden algo divertido que han vivido juntos, o en qué escriban por qué esa persona es especial. Las opciones son infinitas, aunque hay que tener en cuenta que todo lo que se escriba debe ser positivo. De hecho, puede ser una buena herramienta para reconciliar a algunos compañeros que hayan tenido rencillas durante el curso.
En esta línea, y si la actividad anterior funciona, se podría hacer otro sorteo para emparejar al alumnado. Esta vez con el objetivo de que se envíen postales durante el verano. Podemos aprovechar las últimas clases para diseñar en cartulina las postales y hacer el intercambio de direcciones. Puede resultar muy divertido y además ayudará a que mantengan el contacto durante el verano.
Cambiar de curso y, sobre todo, de etapa educativa puede generar inquietud entre el alumnado. Por eso una buena idea puede ser crear un vídeo promocional del curso para mostrárselo a los compañeros y compañeras que el año que viene estarán en su lugar. La actividad consiste en grabar una pieza parecida a un anuncio publicitario donde los alumnos expliquen lo bueno del curso a los alumnos del próximo año.
Para preparar la grabación será necesario hacer un ejercicio de memoria y recapacitación sobre todo lo vivido para poder explicarlo ante la cámara. De esta forma, el alumnado dejará grabadas sus experiencias, que ayudarán a que quien venga detrás se sienta más preparado y motivado. El montaje puede colgarse en el blog de la clase, del centro o en plataformas como Youtube para que todos los alumnos puedan verlo. Y si esta idea no nos convence, también se puede colocar en un lápiz de memoria y proyectarlo en el aula.
Todas estas actividades creativas pueden combinarse con otras más tradicionales, como por ejemplo de fomento de la lectura, de preparación de una obra de teatro o de visionado de una película. Deja volar tu imaginación y haz que el final de curso sea inolvidable para ese alumnado con el que has compartido curso.
¡Feliz verano!
