La historia del 8 de marzo, fecha en que se conmemora en muchos países del mundo el Día Internacional de la Mujer, está escrita con muchísimo dolor y sangre. Todo se remonta a hace ya casi 145 años, concretamente al 8 de marzo de 1875, cuando un grupo de mujeres de una fábrica de productos textiles de New York (EEUU) se manifestaron por las calles de la ciudad en protesta por los bajos salarios (menos que la mitad de los hombres por el mismo trabajo) y las pésimas condiciones laborales.
En 1910 la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, aunque en España no comenzara a celebrarse hasta 1975.
En el año 2020 sigue habiendo muchas razones para seguir batallando por la igualdad de entre géneros. Desde aquellos países donde a las mujeres se le considera una persona de segunda clase, prohibiéndole derechos básicos y privándole de libertades elementales. Hasta países socialmente más avanzados, en los que existe una importante diferencia entre salarios y posibilidades de acceso a puestos de trabajo o cargos directivos.La brecha salarial y los techos de cristal son sólo dos ejemplos, pero en la calle, en la sociedad encontramos muchos más motivos para seguir alzando la voz el 8 de marzo.
La literatura ha sido desde hace siglos un medio utilizado por muchas mujeres para reivindicar sus derechos y denunciar los abusos e injusticias sociales por la única razón de pertenecer al género femenino. Gracias a ellas, hoy en día contamos con grandes libros escritos con nombre propio y femenino.
Pero durante muchos siglos la literatura, como muchos otros campos, fue un mundo de hombres. Obligadas a escribir bajo pseudónimo, ocultadas, ninguneadas o, en algunos casos, solo reconocidas siglos después de escribir sus obras, las mujeres escritoras lo han tenido extremadamente difícil para simplemente ejercer su pasión de escribir y aún menos para alcanzar la fama.
Algunas mujeres escritoras que usaron la pluma para apoyar la igualdad de géneros más influyentes a lo largo de la historia han sido:
Incluso en los países económica y socialmente más desarrollados, donde se han conseguido importantes avances en la igualdad entre hombres y mujeres, todavía predomina el sexismo, los estereotipos y las actitudes hostiles e injustas hacia las mujeres.
El aula es un entorno complejo donde es fundamental que los profesores eduquen en valores como la igualdad, la tolerancia y el respeto, completando y a veces corrigiendo lo que los niños aprenden en sus casas y junto a sus familias sobre esta cuestión.
Es muy importante que el estamento educativo al completo se comprometa en la lucha contra los estereotipos sociales, por desgracia todavía vigentes, ayudando a que se entienda el género masculino o femenino como un atributo más, que obviamente nos diferencia a los unos de los otros, pero que en ningún caso nos hace superiores ni nos permite tener actitudes intolerables, como la imposición por la fuerza o la coacción.
El profesorado dispone de herramientas muy eficaces, como algunos juegos que promueven la igualdad entre hombres y mujeres desde la infancia. Otros grandes aliados de los maestros en esta cuestión son los libros y cuentos que reflexionan sobre el papel de la mujer en la sociedad, tratando de desterrar la idea de que los hombres son superiores a las mujeres o que estas tienen la obligación del cuidado de la casa y de la familia, sin delegar tareas en sus parejas.
Durante los días anteriores al 8 de marzo, son muchos los medios de comunicación que recomiendan cuentos y libros infantiles y juveniles que se rebelan contra los personajes típicos de siempre, tipo princesa coqueta y pasiva y príncipe apuesto y valiente. Se trata de obras para niños y jóvenes que promueven valores como: la libertad de género, la reflexión sobre los roles de siempre o la diversidad sexual y el derecho de todas y todos a ejercerla en total libertad.
Por ejemplo, el diario Público recomienda una decena de cuentos ilustrados que tratan temas como: el feminismo, la igualdad de género, la diversidad o la inmigración . Esta es su lista, donde destacan títulos como: Rosa Carmelo, el Caso de Lorenzo o Mercedes quiere ser bombera.
En el catálogo de Algar puedes encontrar cuentos y libros muy útiles para educar en valores de igualdad de género. Estas son nuestras recomendaciones:
Todos estos cuentos y libros son ideales para trabajarlos en clase, analizarlos en grupo y comentar entre todos los valores que transmiten. Resultan mucho más enriquecedores cuando el maestro es capaz de promover en el aula el espíritu crítico, la diversidad de opiniones y la crítica constructiva.