La salud mental es un aspecto fundamental del bienestar integral de los seres humanos, y su importancia es cada vez más reconocida en los entornos educativos. Es por ello que, en el Día Mundial de la Salud mental, el próximo 10 de octubre, podemos aprovechar la oportunidad para reflexionar sobre el bienestar psicológico y emocional con el alumnado.
La salud mental es, según la OMS, «un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, aprender y trabajar adecuadamente e integrarse en su entorno».
Tratar la salud mental con el alumnado no significa que el docente deba asumir el papel de un terapeuta, pero es importante hablar sobre el tema para que los estudiantes sean capaces de enfrentarse a los desafíos cotidianos y establecer relaciones saludables tanto dentro como fuera del aula. Esto permitirá:
- Aprender a identificar y entender sus emociones y comportamientos.
- Establecer relaciones positivas con compañeros y docentes.
- Mantener la motivación y concentración en el aprendizaje.
- Enfrentarse mejor a las dificultades académicas y personales.
Los docentes, a través de la creación de un ambiente seguro y acogedor, pueden ayudar a los estudiantes a sentirse valorados y comprendidos, lo que favorece su bienestar emocional. Te dejamos algunas ideas para ayudarte a conseguirlo:
Crear un entorno emocionalmente seguro
Un aula emocionalmente segura es aquella en la que los estudiantes se sienten respetados, valorados y capaces de expresarse sin miedo a ser juzgados. Para fomentar este tipo de ambiente podemos:
- Mostrar empatía. Escuchar activamente a los estudiantes y validar sus emociones es fundamental. El alumnado debe sentir que sus preocupaciones son tomadas en serio para que puedan acudir al profesor/a cuando lo necesiten.
- Fomentar la inclusión. Es imprescindible asegurarse de que todos los estudiantes se sientan incluidos y respetados. Por tanto, cualquier comportamiento discriminatorio debe ser abordado con firmeza y enseñar al alumnado la importancia de la empatía y la cooperación.
- Trabajar en la resolución de conflictos. Hablar con los estudiantes sobre cómo manejar conflictos de forma sana les brinda habilidades muy valiosas que podrán aplicar a cualquier área de su vida.
Promover el autoconocimiento y la gestión emocional
Ayudar a los estudiantes a identificar y manejar sus emociones es muy importante para poder gestionarlas. Si tu alumnado está en la etapa educativa inicial, se puede utilizar literatura infantil que aborde diferentes emociones para ayudarlos a poner nombre a lo que sienten. Si tus estudiantes son adolescentes, se puede profundizar en la psicología de las emociones, enseñando a los estudiantes a reconocer patrones emocionales y estrategias de regulación.
Para los más pequeños, recomendamos A veces mamá tiene truenos en la cabeza y Cuando estalla la tormenta, dos historias que permiten aprender a gestionar las rabietas y los sentimientos desde el cariño y la empatía.
Para alumnos más mayores, Me entiendo, pero a ratos puede ser una lectura muy interesante para aproximarse sin tabúes a la salud mental. En él se explica que el cerebro condiciona todos los aspectos de nuestra vida, desde las funciones fisiológicas más elementales hasta los sentimientos más profundos. Por eso, podemos afirmar que la salud mental no es menos importante que la salud física: es, sencillamente, otra dimensión de nuestro bienestar.
Fomentar la resiliencia y la autoeficacia
La resiliencia puede definirse como la capacidad de recuperarse de las dificultades y seguir adelante. Fomentar esta habilidad desde una edad temprana puede ser muy beneficioso para enfrentarse de forma efectiva a los retos que se les presenten. ¿Cómo podemos conseguirlo?
Un ejemplo es reforzar el esfuerzo y no solo los resultados. Los resultados son importantes y está bien celebrarlos, pero también es importante darle valor al empeño, la perseverancia y el aprendizaje. De esta manera, los alumnos serán conscientes de la importancia de esmerarse y verán los desafíos como oportunidades para mejorar.
Colaboración con las familias
La salud mental está presente en todas las áreas de la vida, por lo que, siempre que sea posible, es interesante no actuar de manera aislada. Colaborar con las familias cuando sea necesario e incluso con profesionales de la salud mental puede contribuir a brindar un mejor apoyo.
Para infantil
La rueda de las emociones. Utilizar una rueda de emociones con imágenes de caras que representen sentimientos como felicidad, tristeza, enfado y sorpresa. Los niños pueden girar la rueda y compartir un momento en el que sintieron esa emoción, lo que les ayudará a identificar y verbalizar sus sentimientos.
Para primaria
Juegos de rol para la resolución de conflictos. Los estudiantes tienen una misión conjunta: resolver un conflicto común. Este puede ser un malentendido entre amigos u otro problema que se os ocurra (puede ser real o ficticio). Con esta dinámica, aprenderán habilidades de comunicación, empatía y resolución pacífica de conflictos, y fortalecerán así su capacidad de manejar situaciones difíciles de la mejor forma posible.
Para ESO y bachillerato
Recursos para el autocuidado. Los estudiantes deben crear un proyecto en el que investiguen y recopilen información sobre herramientas de autocuidado que les ayuden a gestionar el estrés, la ansiedad o el cansancio. Pueden incluir actividades como la meditación, los deportes, la escritura o escuchar música. Posteriormente, pueden presentar sus proyectos a la clase, compartiendo qué estrategias funcionan mejor para ellos. Esto fomenta la autorreflexión y la adquisición de habilidades para el bienestar mental.
