Como profesionales de la voz, los docentes tienen tres veces más posibilidades de presentar fatiga vocal, disfonía y otras molestias físicas de la voz. Esta situación, además, se ha visto agravada este curso escolar por el uso continuado de las mascarillas. Por eso, es más importante que nunca tener hábitos que favorezcan el buen uso de la voz y una correcta técnica vocal.
La disfonía y sus consecuencias
La disfonía es un trastorno cualitativo o cuantitativo de la fonación por causas orgánicas o funcionales, es decir, un cambio de la voz que, frecuentemente, se manifiesta como una alteración del timbre vocal o afonía. Normalmente, la disfonía viene provocada por el mal uso (o abuso) vocal. También puede deberse al estrés laboral, a no descansar la voz, a trabajar en un ambiente ruidoso… Además, en estos últimos meses el uso de mascarillas se ha convertido en un agravante de esta patología.
La disfonía, pues, provoca problemas para proyectar la voz y supone que el profesorado afectado tenga que hacer un esfuerzo extra para comunicarse con el alumnado. Molestias al hablar, carraspeo y fatigo vocal se suman a estos síntomas, creando un combinado de malestar al que los docentes deben enfrentarse curso tras curso en su vida diaria.
Los retos de la mascarilla
Como todos sabemos, la pandemia de Covid-19 ha supuesto la instauración del uso de la mascarilla en los centros educativos para prevenir posibles contagios. Sin embargo, pese a la necesidad de utilizar la mascarilla para frenar la expansión del Coronavirus, la mascarilla también supone algunos inconvenientes para el profesorado, debido a las dificultades extra que añade al uso de la voz como herramienta principal de trabajo:
- Respiración oral: la mascarilla cubriendo la boca y la nariz no sólo nos da una sensación de ahogo, sino que con ella tenemos menos capacidad de inspiración. Para evitar esta sensación tan desagradable, a menudo abrimos la boca innecesariamente.
- Sequedad del aparato fonador: a raíz de lo que comentamos en el punto anterior, con la mascarilla puesta tendemos a respirar por la boca, en vez de hacerlo por la nariz. Este tipo de respiración provoca sequedad oral, ya que no hay capacidad de humidificar el aire que inspiramos.
- Dificultad de la inteligibilidad del discurso: esta característica afecta tanto al emisor del mensaje como al receptor. Es decir, los docentes no solo pueden tener dificultades para hacerse entender por el alumnado, sino también para entender a los niños y niñas que hablan con la mascarilla puesta.
- Malos hábitos posturales: esta situación se relaciona con el punto anterior ya que las dificultades para entendernos pueden provocar que nos inclinemos hacia delante (ya sea solo la cabeza o todo el cuerpo). Esto provoca tensiones en las cadenas musculares.
- Comunicación no verbal: la mascarilla oculta una parte importante de nuestro rostro, de manera que la comunicación no verbal gana protagonismo para hacernos entender.
5 consejos para cuidar nuestra voz
Frente a los inconvenientes que plantea el uso de la mascarilla y teniendo en cuenta la importancia de llevarla puesta en los centros educativos, os presentamos cinco consejos perfectos para prevenir la disfonía y cuidar nuestra voz, tanto en casa como en la escuela.
- Descanso vocal
En casa, intenta buscar tareas que no impliquen un trabajo vocal, para descansar la voz. Además, deberías evitar susurrar: no es una manera de descansar la voz, sino que comporta un trabajo más duro para las cuerdas vocales.
- Ejercicios de control respiratorio y de relajación
En casa y en el colegio, busca ratos libres y espacios tranquilos para realizar respiraciones relajadas. Estos ejercicios pausados permiten potenciar la resonancia vocal.
- Hidratación
La hidratación es fundamental para el buen funcionamiento del aparato fonador. Por eso, durante las horas lectivas, es muy importante disponer de una botella de agua e instaurar momentos para beber dentro de la rutina diaria. También podemos beber infusiones calientes. Recuerda: lo importante no es la cantidad de agua que bebemos, sino la regularidad con la que lo hacemos.
- Control postural
Es muy importante que evitemos las posturas que bloquean nuestro diafragma y, por lo tanto, tenemos que potenciar la verticalidad, especialmente la referida al cuello y la cabeza. Una buena postura corporal beneficiará nuestra voz.
- Proyección de la voz
La voz es nuestra herramienta principal como docentes y, por lo tanto, tenemos que aprender a trabajar bien con ella y a proyectarla de manera eficiente. Al fin y al cabo, nuestras palabras deben llegar no solo al alumnado de las primeras filas, sino también a los niños y niñas del fondo del aula. Un truco para proyectar nuestra voz durante toda la clase es colocar la mirada al final de la clase.
Para evitar forzar demasiado nuestra voz, podemos combinar nuestro discurso con descansos donde podemos encomendar tareas individuales al alumnado o, incluso, utilizar recursos sonoros o digitales para descansar nuestra voz durante un rato.
Si estos consejos te han resultado útiles, ¿por qué no compartirlos con tus compañeros? Aquí puedes descargártelos en forma de infografía para colgarla en el claustro del profesorado o donde tú elijas.
*Fuente: www.natibergada.cat y www.docents.cat