¿Quién no ha suspirado alguna vez al ver a una persona que le gusta desde hace tiempo? ¿Quién no ha sentido esa bonita sensación que te inunda el cuerpo cuando te besas con alguien por primera vez? ¿Quién no ha tenido nunca un flechazo? Pero… ¿El amor romántico es tan bonito como lo pintan en las películas?
Detrás de algunos éxitos de taquilla que nos sacan la lagrimita a través de una historia de amor, se esconden algunos mitos. Y es que las relaciones románticas muchas veces no son como nos las cuentan en los filmes (o no deberían serlo) y es importante charlar de todo esto con nuestro alumnado. ¿El motivo? Los mitos sirven para alimentar el imaginario colectivo y alteran la percepción de la realidad.
Hagamos un ejercicio en el aula. ¿Qué opina el alumnado sobre estas ideas que tantas veces vemos en el audiovisual?
Ay, cuántas veces hemos visto en el cine y la televisión romances en los que los sentimientos están siempre a flor de piel porque la relación se basa en un conflicto tras otro. ¡Drama, drama, drama, drama! Sin embargo, debemos recordar que la paz, la tranquilidad y la estabilidad son un componente imprescindible en las relaciones. La mayoría de relaciones saludables no incluyen ni peleas acaloradas ni lágrimas constantes. El amor no debería doler.
Hay una idea muy extendida en nuestra sociedad que, a día de hoy, aún perdura: la de encontrar a nuestra media naranja. Y tener un objetivo así a la hora de iniciar una relación puede resultar muy dañino para la persona. En la vida real, algunas de las claves para encontrar a alguien con quien tener una buena relación son la compatibilidad, el respeto mutuo y el compromiso. Buscar a alguien «perfecto al 100 %» es un ideal imposible. Además, todos nosotros ya estamos completos, no necesitamos otra mitad.
Otro mito, el de la pasión que se extiende a lo largo del tiempo. En muchas películas, da igual cuanto tiempo pase, los protagonistas viven en una pasión constante en la que todo son fuegos artificiales. Pero en el amor, también hay rutina, estabilidad y un esfuerzo por ambas partes para que la relación funcione.
Una cosa es comunicarte con la otra persona, tratar de entenderla y trabajar para que ambos os sintáis bien dentro de la relación, y otra muy distinta es hacer sacrificios por la otra persona que perturben nuestro bienestar y renunciar a ser uno mismo en pro del «amor». Esto es una línea roja que jamás debería ser cruzada.
Al igual que ocurre con las personas, las relaciones no suelen ser perfectas. Ante esta tesitura, de nuevo, es necesario recalcar la importancia de la comunicación. Como hemos comentado, nadie es completamente perfecto.
Por aquí os dejamos un taller con actividades para el alumnado de secundaria elaborado por la Mancomunitat Intermunicipal de l’Horta Sud en la que se pueden trabajar los mitos del amor romántico.
En este vídeo, la educadora social Marina Marroquí nos muestra cómo la sociedad ha construido el ideal del amor romántico a través de la publicidad, de las películas y de los estímulos que recibimos por parte de nuestro entorno.